¡A Nadar! Ejercicio en el Agua Mejora la Vida de las Supervivientes de Cáncer de Mama

¡A Nadar! Ejercicio en el Agua Mejora la Vida de las Supervivientes de Cáncer de Mama

El cáncer de mama deja una huella significativa en quienes lo enfrentan, tanto física como emocionalmente. Sin embargo, un estudio reciente (una cooperación entre profesionales del Hospital del Mar, la Fundación Claror, a través de Claros Marítim, y el TecnoCampus) avala el impacto positivo del ejercicio físico, especialmente en el agua, sobre la calidad de vida de las mujeres que han superado esta enfermedad.

La investigación, realizada con un grupo de 28 supervivientes de cáncer de mama, reveló datos alentadores sobre los beneficios del ejercicio acuático.

¿Por Qué el Agua?

El agua ofrece un entorno único y terapéutico que combina resistencia y soporte. Esto permite realizar ejercicios efectivos sin ejercer demasiada presión sobre las articulaciones, un aspecto crucial para mujeres que pueden haber experimentado dolor o rigidez debido a la enfermedad o sus tratamientos. El entorno acuático también aporta beneficios psicológicos: la sensación de flotabilidad y la tranquilidad del agua tienen efectos relajantes, ayudando a reducir la carga mental que muchas supervivientes enfrentan.

El estudio destacó, en primer lugar, que “las capacidades físicas de las mujeres que han superado un cáncer de mama mejoran de igual manera con la práctica de ejercicio terapéutico tanto en seco como en el agua, aunque inicialmente pudiera parecer que el trabajo en el medio acuático no es tan exigente”, según explicó Marta Coll, del Área de Bienestar y Salud de Claro Marítim.

Mismos beneficios, mayor compromiso

Además, esta investigación evidenció que, al finalizar el programa, las mujeres que realizaron ejercicio en el agua mantuvieron un alto nivel de adherencia a largo plazo. Incluso aumentaron la cantidad de actividad física moderada o vigorosa que realizaban semanalmente, un fenómeno que no se observó en el grupo que trabajó en seco. Por lo tanto, “ambos tipos de ejercicios son efectivos para las mujeres que han superado un cáncer de mama. Sin embargo, el ejercicio en el agua se presenta como una excelente alternativa al ejercicio terapéutico en seco, ya que favorece una mayor adherencia. El medio acuático, además, facilita los movimientos, lo cual resulta especialmente relevante para aquellas mujeres que, debido a la extracción de los ganglios linfáticos en la axila como parte del tratamiento, padecen inflamación del brazo o linfedema”.

Recomendaciones para Empezar

 

  • Consulta médica previa: Es fundamental hablar con tu médico para asegurarte de que estás lista para comenzar un programa de ejercicios o la natación.
  • Busca programas especializados: Existen clases específicas para mujeres que han pasado por un cáncer de mama, con ejercicios adaptados a sus necesidades.
  • Empieza poco a poco: Realiza ejercicios suaves y escucha las señales de tu cuerpo.
  • Compromiso con la constancia: La clave está en mantener una rutina regular para experimentar los beneficios a largo plazo.

 

Si has superado el cáncer de mama o conoces a alguien que lo haya hecho, considera esta forma de ejercicio como un camino hacia la vitalidad y la confianza. El agua no solo sostiene el cuerpo; también refresca el alma.

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